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¿Cómo superar la fatiga pandémica?

La crisis sanitaria que nos ha tocado vivir a raíz de la expansión del virus conocido como SARS_COVID_2, ha provocado un gran impacto tanto a nivel general en nuestra sociedad, como a nivel particular en nuestras vidas. Todavía a día de hoy, y después de varios años de pandemia, seguimos sufriendo las consecuencias más directas de esta dramática situación. Medidas de higiene (uso de mascarilla, uso de gel hidroalcoholico), restricciones en nuestra vida social (distanciamiento social, uso de pasaporte Covid, restricciones de aforo) y un largo etcétera con los que hemos aprendido a convivir en nuestro día a día. Lo que en muchas ocasiones hemos escuchado como “nueva normalidad”.

Todos estos cambios con los que hemos aprendido a convivir a raíz de la pandemia, han pasado factura a la salud mental de muchas personas. Estudios académicos y opiniones de expertos presentan un panorama cuesta arriba ( Atwoli et al., 2015 ). Y es que hemos convivido durante mucho tiempo con un estado de alerta continuo por el miedo a contagiarnos, por el miedo a que nos pueda pasar lo peor, por el miedo a morir. Y si esto ya es difícil de sobrellevar, la preocupación o el sentimiento de culpa también nos ha embargado. Preocupación por nuestra gente, por nuestros seres queridos, porque estén bien, porque no se contagien, o incluso porque no les podamos contagiar nosotros, lo que se traduce en muchos casos en un gran sentimiento de culpa. ( Ahmed et al., 2020 )

Lo más importante

  • A raíz de esta pandemia nos hemos dado cuenta de lo vulnerables que somos.
  • De la importancia que tiene el cuidar de nuestra salud mental y emocional.
  • Del gran vacío asistencial que existe en nuestro sistema de salud pública, a la hora de recibir atención por parte de los profesionales de la salud mental: Psicólogos y/o Psiquiatras.

¿Qué entendemos por fatiga pandémica y cuáles son sus
síntomas?

Fatiga Pandémica es el término que ha acuñado la Organización Mundial de la Salud (OMS) para definir un estado de “desmotivación y cansancio para seguir las medidas preventivas recomendadas, que ha ido emergiendo con el tiempo y que está influida por diferentes emociones, experiencias y percepciones”.

La sintomatología más común suele ser: Irritabilidad, falta de motivación, sensación de cansancio, tristeza, dificultad para prestar atención, concentrarse, alteraciones del sueño, sensación de agobio con la rutina que ha implicado la pandemia y en última instancia cuadros de desesperanza ante el futuro. Al respecto es importante aclarar que estos síntomas son una reacción natural derivada de un estado de alerta continuo (Baum, A. (1990)., en el que nos ha transmitido que existe una situación de peligro y riesgo real ante el que tenemos que ir con precaución. El problema viene cuando ese estado se traduce en un estado de preocupación cronificada en el tiempo, lo cual genera agotamiento y cansancio.

5 Caminos para el Autocuidado Emocional:

A continuación, te damos una serie de consejos que te ayudarán a cuidar de tu salud mental y a saber sobrellevar mejor tus emociones y tu estado de ánimo ante situaciones tales como la pandemia que estamos viviendo.

A nivel MENTAL

  • Acepta la situación que nos ha tocado vivir y asume que nuestras vidas han cambiado. Aceptar la realidad es la puerta de entrada al cambio y a la adaptación. En momentos difíciles la respuesta psicológicamente más sana nos lleva a adaptarnos, que no a resignarnos. Para ello debemos de partir de la realidad. Si nuestro punto de vista es “cómo deberían de haber sido las cosas” o “cómo lo fueron” sentiremos frustración, tristeza, desesperanza. Lo cual se traduce en sufrimiento. Aprendamos a aceptar y a fluir con los cambios.
  • También es importante seleccionar la información. No sobrecargues a tu mente con demasiada información, es bueno que nos informemos de lo que sucede a nuestro alrededor, pero también tenemos que saber que nuestra mente necesita sus momentos de descanso y desconexión.

“Quién para, repara”

A nivel EMOCIONAL

  • Cuida el lenguaje que utilizas contigo mismo y con los demás. La forma en la que nos hablamos influye directamente en nuestro estado de ánimo. Evitemos victimizarnos, (la queja continua, el lamento) y cambiémoslo por un lenguaje positivo, por palabras de ánimo y aliento.
  • También es importante que aceptes tus emociones. Para ello debemos de saber en primer lugar reconocerlas y posteriormente gestionarlas de la forma más adaptativa posible. Si necesitas momentos de soledad, permítete esos momentos. Si necesitas llorar, permítete llorar y desahogarte. Se trata de que a través de una correcta gestión emocional, logremos alcanzar un estado de bienestar y equilibrio psicológico (Gross J. 1998)

A nivel CORPORAL

  • Trata de llevar un estilo de vida saludable. Mantente activo, practica algún tipo de ejercicio. Come de forma saludable y descansa. Intenta mantener hábitos regulares de sueño, dormir una media de 7 – 8 horas al día nos permitirá afrontar con energía nuestro día a día.
  • Aprende a escucharte. ¿Cómo? A través de la práctica de disciplinas como el Yoga o el Mindfulness, aumentamos nuestro nivel de autoconciencia. Y no solo aprendemos a escucharnos, sino a conectar con nosotros mismos y a vivir el momento presente.

A nivel ESPIRITUAL

  • Gratitud, agradece, da las gracias por lo que tienes. El concepto de gratitud está directamente relacionado con el de bienestar, es por ello que la cantidad de estudios científicos relacionados con este término, ha aumentado de forma muy significativa (Gulliford L, Morgan B, Kristjánsson K, 2013). En muchas ocasiones vivimos anclados en lo que no tenemos o nos gustaría tener, en lugar de cambiar el foco y agradecer todo aquello que tenemos. Lo realmente importante en esta vida no vale dinero, un abrazo, una sonrisa, un paseo por la orilla del mar, disfrutar de un amanecer, de una puesta de sol…
  • Activa tus valores. Preguntémonos que es lo realmente importante para nosotros en esta vida.

A nivel SOCIAL

  • Mantén el contacto con tus seres queridos, con tu familia, con tus amigos, con tu círculo social. Somos seres sociales, necesitamos del contacto y la interacción con nuestro alrededor.
  • Usa más a menudo las palabras “Te quiero”. Son palabras llenas de vida, transmiten amor, buenos deseos.
  • Cuídate, deja que te cuiden y toma perspectiva.

Conclusión

Tomemos perspectiva, llegará un día que habrá pasado todo y lo veremos como algo qué contar, algo que nos enseñó la gran capacidad que tiene el ser humano para adaptarse a los cambios. Porque la vida son experiencias, y de todas ellas podemos obtener aprendizajes.

Y recuerda: habrá momentos a lo largo de la vida en los que nos tocarán “cartas” que no hayamos decidido jugar, y que no tengamos el poder de cambiar. Esto se traduce en que habrá momentos que no tengamos el poder de controlar lo que nos sucede o nos toca vivir, pero siempre, siempre, siempre, quedará en nuestra mano la actitud con la que decidamos vivirla.

Referencias

  • L. Atwoli, D.J. Stein, K.C. Koenen, K.A. McLaughlin. Epidemiology of posttraumatic stress disorder: prevalence, correlates and consequences. Curr. Opin. Psychiatry (2015), 10.1097/YCO.0000000000000167
  • M.Z. Ahmed, O. Ahmed, Z. Aibao, S. Hanbin, L. Siyu, A. Ahmad. Epidemic of COVID-19 in China and associated psychological problems. Asian J. Psychiatr., 51 (2020), Article 102092, 10.1016/j.ajp.2020.102092
  • Baum, A. (1990). “Stress, Intrusive Imagery, and Chronic Distress,” Health Psychology, Vol. 6, pp. 653-675. 
  • Gross J. (1998). The emerging field of emotion regulation: An integrative review. Review of General Psychology, 2, 271-299.
  • Gulliford L, Morgan B, Kristjánsson K, Recent Work on the Concept of Gratitude in Philosophy and Psychology. J Value Inquiry. 2013; 47: 285-317