Gratitud

Psicología y Mindfulness: Práctica de la gratitud

¿Cómo cultivar la gratitud?

Aquel que ha pasado por dificultades y las ha resuelto, es consciente de lo inestimable que es la ayuda de los demás. No hay experiencia que te haga sentir mayor gratitud, como sentirte necesitado y recibir una mano amiga en el momento más complicado. Pero la gratitud no es solo para esos momentos de extrema necesidad, no es necesario que se den grandes eventos para sentirla, podemos permitirnos percibir gratitud por pequeñas experiencias como disfrutar de agua corriente en casa, tener comida en la nevera o que un vecino nos ceda el paso en el ascensor y gozar de sus beneficios, porque la gratitud no es solo para los demás, favorece a aquel que la recibe pero también al que la transmite, como recoge el Psiquiatra Álvaro Tala en su artículo de revisión publicado en 2019.
La gratitud está al alcance de todos, de hecho es un concepto que se encuentra presente en todas las culturas de algún modo, pero no todos se permiten alcanzarla. Las personas con una visión de la vida más egocéntrica pueden entender que las acciones de ayuda que reciben de los demás las tienen bien merecidas, de hecho muchas veces les cuesta reconocer el apoyo que supusieron los demás a la hora de conseguir sus logros.

Lo más importante

● La gratitud está al alcance de todos, pero no todos se permiten alcanzarla.
● Sea cual sea tu relación con la gratitud puedes practicarla y mejorarla.
● La gratitud ofrece grandes beneficios a la salud emocional de quien la practica.

¿Cuál es el poder de la gratitud?

El concepto de gratitud es de los que se ha asociado más robustamente al bienestar, por lo que la cantidad de estudios y de investigación empírica relacionada a este concepto ha aumentado significativamente en los últimos años (Gulliford L, Morgan B, Kristjánsson K, 2013); el aumento de la atención se ha atribuido al papel de las prácticas de gratitud dentro de las terapias psicológicas de tercera generación como el Mindfulness o la Terapia Focalizada en la Compasión.

Para el que la recibe puede generar satisfacción y alegría, para el que la transmite físicamente mejora el funcionamiento cardiovascular, mejora la calidad del sueño, también la respuesta inmune se ve aumentada por aquel que la practica (Krause N, Emmons R, Ironson G, et al., 2018). Desde el contexto de la salud mental se la relaciona con resultados de menores niveles de estrés, aumento de la satisfacción vital y conductas prosociales, disminución de la sintomatología depresiva, ansiedad y desesperanza (Althaus B, Borasio G y Bernard M, 2018).

7 tips imprescindibles para poner en práctica la gratitud en el día a día

Si a lo largo de este artículo te has preguntado qué puedes hacer para alimentar tu gratitud, te dejamos una breve lista de prácticas sencillas que podrás incorporar fácilmente a tu día a día y te permitirán incrementar y asentar en tu forma de ser esta maravillosa actitud.

1. Elabora una lista de necesidades básicas cubiertas que agradecer.

A veces, por cotidianas, se nos olvida lo mucho que nos facilitan la vida, pero es una maravilla abrir el grifo y tener agua, electricidad al apretar un botón, comida en la nevera, un techo o ropa que nos protegen del frío. Para agradecer y agradecernos el esfuerzo que lo hace posible puedes escribir la palabra gracias y pegarla sobre el armario de la ropa, el grifo o el interruptor de la luz, te ayudará a ser más consciente de disfrutar de estas ventajas y a no olvidar dar las gracias por ello.

2. La carta de gratitud.

Elige un evento en tu vida que fue complicado en su momento con una persona, pero que finalmente pudiste solventar y sacar una valiosa lección, ¿Qué aprendiste a raíz de esa vivencia? Escribe una nota agradeciendo a la persona en cuestión poniendo en valor el aprendizaje que sacaste de ahí y agradeciendo la experiencia que te permitió encontrar ese aprendizaje.

3. Agradecer a los demás por hacer cosas por nosotros

Trata de dar las gracias siempre que te sea posible, si no tenemos costumbre en ello podemos apoyarnos en algún objeto que nos ayude a llevar consciencia a esta acción, por ejemplo una pulsera que cambiaremos de muñeca cada vez que demos las gracias.

4. Sal a la naturaleza y contémplala en silencio

Puede ser muy gratificante estar en contacto con la naturaleza y contemplar con detalle todo lo que tiene para ofrecernos y que la mayoría de las veces se nos pasa por alto. Se trata de algo sencillo como dar un paseo cerca de la naturaleza, ya sea en un parque, contemplando las macetas que tenemos en casa o acercarnos a un espacio natural agradeciendo la belleza de la vida.

5. Practica técnicas de mindfulness

Las prácticas de mindfulness fomentan la gratitud hacia las pequeñas y grandes experiencias del momento presente y forman una parte importante de las actitudes que componen esta filosofía de vida.

6. Paseo de gratitud

Te invitamos a salir a la calle y observar todo aquello que te parezca agradable, tal vez la temperatura, el cielo azul, el aroma a café recién hecho, las flores abriéndose en una maceta, la armonía del paisaje arquitectónico, puedes agradecer todo esto de corazón.

7. El tarro de la gratitud

A lo largo del tiempo solemos tener vivencias agradables que agradecer, pero se nos suelen olvidar con facilidad, una buena manera de tenerlas presentes puede ser anotar brevemente la experiencia e introducir la nota en un tarro que podemos abrir cada cierto tiempo, quizás una vez al mes o cada 3 meses, para rememorar aquellas experiencias que nos hicieron sentir agradecidos.

“La gratitud es riqueza, la queja es pobreza”

Doris Day

Conclusión

A lo largo de este artículo hemos podido ver cómo la gratitud beneficia especialmente al que la siente y la ofrece. Es posible que en algunas ocasiones nos hayamos planteado si los demás son merecedores o no de nuestra gratitud o si lo somos de la suya, cuando en realidad la pregunta es otra, tal vez deberíamos reflexionar sobre ¿por qué me estoy negando la gratitud? Si nos cerramos a expresar este tipo de actitudes que forman parte de la naturaleza humana y que ayudan a mejorar nuestro estado de ánimo, también estamos rechazando la posibilidad de aumentar nuestro bienestar y nuestra felicidad en el día a día.
La gratitud es una actitud que nos humaniza, no importa si consideras que eres más o menos agradecido, esa actitud está en ti y la puedes practicar en cualquier momento del día, cualquier día de la semana, no necesitas nada, solo la intención de querer fomentarla y observar cómo te hace sentir y cómo los demás se sienten contigo cuando la pones en marcha.

Referencias