Beneficios psicológicos de la compasión

Psicología y emociones: práctica de la autocompasión

Compasión ¿Por qué la necesito en mi vida?

Es posible que cuando leas la palabra compasión a tu mente acudan definiciones cercanas a un sentimiento de lástima hacia el sufrimiento de los demás y lo cierto es que se trata de una definición cercana a lo que propone el diccionario de la lengua española “Sentimiento de pena, de ternura y de identificación ante los males de alguien” (Real Academia Española, 2014). Sin embargo el significado que la psicología aporta esta palabra es sensiblemente diferente, pues la define como una “Sensibilidad ante el sufrimiento, tanto propio como ajeno, con la profunda intención curarlo y prevenirlo” (Gilbert, 2000). Como podemos ver el término Compasión, en realidad no tiene nada que ver con sentir pena, cuando sentimos pena no estamos en predisposición de hacer algo que remedie la situación de sufrimiento, podríamos decir que sufrimos en vano y esto lleva a muchas personas a cerrarse a los sentimientos de los demás, pues consideran que a tienen suficiente con el sufrimiento propio. Para poder ayudar a los demás, primero hemos de sentirnos bien con nosotros mismos y eso implica, como dice la definición de compasión propuesta por la psicología, cuidar de nuestro propio sufrimiento, especialmente cuando se genera en contacto con el sufrimiento de los demás, a esta actitud se la conoce como autocompasión. 

En este artículo comentaremos la esencia de la Compasión, su naturaleza y las funciones biopsicosociales de la conducta del cariño y apego seguro ante el sufrimiento.

Lo más importante

  • Es posible que confundamos compasión con implicarnos demasiado con el cuidado de los demás. Cuando nos preocupamos más por otras personas que por nosotros mismos corremos el riesgo de acabar desbordados por el sufrimiento de los demás.
  • La compasión puede parecerse a las indicaciones que nos explican en los aviones sobre las mascarillas de oxígeno “póngase la mascarilla antes de ayudar a otro a ponérsela”, cuido de mí para poder cuidar de ti, de esta forma aseguramos la supervivencia de ambos.

Todo lo que debes saber sobre la Compasión

La compasión surge evolutivamente como una estrategia que apoya la supervivencia y la reproducción mediante la colaboración entre individuos en oposición a otras motivaciones y estrategias que buscan la competitividad centrada en uno mismo, puede verse tanto en especies animales como en humanos y asegura el bienestar del grupo mediante comportamientos prosociales (Gilbert, 2000).

¿Puede la Compasión ayudarme con el Burnout?

La fatiga emocional del cuidador y la tensión laboral o Burnout son estados en los que la vitalidad se agota más allá de la restauración y genera progresivamente un desgaste pronunciado a nivel físico, emocional, social, espiritual e intelectual. La Compasión fomenta el aprendizaje de estrategias de autocuidado que nos permiten acercarnos al sufrimiento de los demás mientras cuidamos del nuestro, aprendiendo a reconocer nuestros límites y respetarlos para poder rendir en cada tarea en la que nos implicamos (Zhang Y, Zhang C, Han X, et al. 2018).

¿Cómo puede la Compasión ayudarme a tratar mi ansiedad?

La ansiedad es un estado emocional que se caracteriza por presentar un miedo intenso o preocupación excesiva. Cuando tenemos niveles altos de ansiedad los especialistas nos suelen recomendar hacer deporte o realizar actividades relajantes, pero difícilmente pueden aplicarse en experiencias de ansiedad aguda, por ejemplo, en mitad de una discusión de trabajo no podemos decir “me estoy agobiando mucho con todo esto, voy a darme un masaje”; sin embargo la compasión sí nos dota con estrategias que pueden aplicarse mientras nos vemos envueltos en una experiencia difícil.

¿Puede la Compasión ayudarme a mejorar mi calidad de vida?

La Compasión trata de mejorar la gestión emocional, especialmente de emociones difíciles y la calidad del diálogo interior lo cuál puede ser un cambio significativo en la calidad de vida de una persona (Neff K y Germer C, 2017); si cada vez que fallo en algo soy duro conmigo mismo añado malestar a mi experiencia, pero si en lugar de ello, consciente de mi molestia en ese momento, me trato de forma amable puedo ser capaz de aportarme el apoyo emocional que necesito.

¿Cómo puedo mejorar mi compasión?

Es posible que la manera más fácil y directa de comprender y fomentar de manera profunda la Compasión en uno mismo sea a través de un profesional formado en la materia, (te animamos a que solicites siempre su acreditación), pero también hay sencillas prácticas que podemos llevar a cabo en nuestro día a día y que favorecen esta actitud de autocuidado en nosotros. Por ejemplo sonreír a nuestro cuerpo y darle permiso para que funcione como lo hace puede ayudarnos a no asustarnos por las sensaciones que a veces encontramos en él, “estoy aquí ahora, aceptando mis sentimientos y notando mis pensamientos mientras hago lo que me importa”, el comportamiento verbal en esta frase crea la ocasión para respuestas basadas en valores en presencia de estímulos aversivos, mirarnos en el espejo y señalar aquellas partes que nos gustan especialmente ayudará a contrarrestar la voraz autocrítica que a veces dirigimos hacia nuestro aspecto (Moran D y Ming S, 2020).

¿Cómo se integra la compasión en un tratamiento psicológico?

Cuando las cosas se ponen difíciles, y nos enfrentamos tal vez a un trastorno social, económico o personal causado por las circunstancias contextuales que nos evoquen a ello, orientarnos hacia lo que más nos importa nos ayuda encontrar nuestro equilibrio y seguir adelante. La Terapia Centrada en la Compasión (CFT: Compassion Focus Therapy) puede ayudar en la atención clínica durante las dificultades al proporcionar un marco para abordar los tipos de eventos privados aversivos que a menudo evocan un comportamiento de escape o evitación. Tal evitación experiencial puede proporcionar un alivio de eventos privados incómodos a corto plazo, pero también puede crear una barrera para contactar con un refuerzo más grande y más retrasado a largo plazo. CFT se enfoca en ayudar a las personas a vivir vidas significativas y orientadas a valores, incluso en las circunstancias más difíciles. Ahora más que nunca, este enfoque es necesario (Gilbert P, 2000).

Terapia centrada en la compasión (CFT)

Para la gestión de emociones y pensamientos difíciles, en terapia, se trabaja en la estrategia de generar pensamientos y creencias sobre uno mismo útiles que contrarresten los pensamientos agresivos y auto acusatorios que podemos tener cuando estamos en un contexto de dificultad emocional, pero muchas veces encontramos que a pesar de que la persona es capaz de generar estos pensamientos de contenido útil pero sin la profundidad o la motivación emocional necesaria para generar el cambio. En la CFT exploramos y fomentamos los mecanismos y motivos de cuidado, cariño y compresión de uno mismo por ser un poderoso antídoto ante el sufrimiento emocional. Utilizamos la psicoeducación para que la persona en tratamiento tenga una idea clara de por qué está haciendo las prácticas, particularmente en términos de desarrollar diferentes competencias y estados cerebrales y corporales que tal vez no hayan tenido la oportunidad de desarrollar a lo largo de su vida. La CFT busca trabajar con sistemas motivacionales básicos y, en particular, cómo crear capacidades internas para sentirse apoyado y, por lo tanto, capaz de activar el “procesamiento de seguridad” y desarrollar relaciones de apoyo mutuo, prosociales y afectuosas, llevando a la persona a un estilo de vida coherente con sus valores y su ética (Gilbert P, 2000).

Suena bien, pero ¿Cómo se hace?

Es difícil aglutinar todo un proceso terapéutico en unas pocas líneas, pero podemos resaltar el trabajo de generar estados apacibles físicamente, mediante la reducción de la sobre activación en el sistema nervioso. Particularmente, es importante que comencemos comprender cómo crear un sentido interno de una base segura y un refugio seguro que contrarreste (entre otras cosas) la vergüenza y la autocrítica en las que pueden convertirse nuestra voz interior cuando estamos angustiados y también poder utilizar los nuevos estados como fuente de aliento y orientación. Estos están relacionados con lo que llamamos el yo compasivo, la mente y la imagen compasiva (Gilbert P, 2000).

No trates de bloquear emociones

Los sentimientos y emociones difíciles pueden generar sensaciones angustiosas intensas que acaban por resultar abrumadoras. Un instinto evolutivo del ser humano nos lleva a acercarnos a lo agradable y rechazar lo desagradable. Esto unido a lo anterior puede tener como resultado una reacción de rechazo hacia las emociones difíciles o desagradables que resulta contraproducente, pues acaba añadiendo mayor tensión y generando mayor malestar a la experiencia primaria. Desde el enfoque de la CFT nos preparamos para acercarnos poco a poco a nuestro universo emocional con la intención de conocerlo, comprenderlo y gestionarlo, aportando aceptación y amabilidad a la experiencia, sin tratar de huir de lo que sentimos ni rechazarlo (Moran D y Ming S, 2020).

“Si tu compasión no te incluye a ti mismo es incompleta”

Buda

Conclusión

Un tema central de CFT son las definiciones claras y la comprensión de la compasión. Esto se debe a que hay muchos conceptos diferentes de compasión en Internet y los usuarios suelen generarse todo tipo de ideas que no conducen a la compasión como terapia. Es importante recordar que la compasión no es una emoción aislada, por lo que es posible que necesitemos desarrollar diferentes tipos de competencias, habilidades, conocimientos y sabiduría para diferentes tipos de problemas. Esto suele ser nuevo para las personas que se interesan por ello.
La Compasión nos lleva a desarrollar un sentido de humanidad común y una apreciación de que todos nos encontramos aquí, con un cuerpo, un contenido mental y una experiencia (necesidades, pasiones y miedos) que han sido construidos para nosotros, no por nosotros, tenemos un cerebro complejo que tratamos de aprender a optimizar. Ante la naturaleza conflictiva de la mente la CFT, nos lleva a cultivar y conocer las sensaciones fisiológicas del cuerpo para apoyar a la mente desde su cuidado.

Referencias