LA TERAPIA PSICOLÓGICA EN EL PROCESO DE DUELO

La muerte es una parte inevitable de la vida, pero no por eso es fácil de aceptar. El duelo es el proceso emocional y psicológico que experimentamos cuando perdemos a alguien o algo que valoramos. Este proceso puede ser difícil y doloroso y cada persona lo experimenta de manera diferente. Algunas personas pueden sentir una gran tristeza, otras pueden sentir ira o negación, mientras que otras pueden sentir una mezcla de emociones complejas.

La terapia ayuda a las personas a lidiar con el dolor y las emociones difíciles, a encontrar formas de hacer frente al dolor y a encontrar una forma de seguir adelante después de la pérdida.

¿Cómo ayuda la terapia en el proceso de duelo?

La terapia puede ser un componente esencial del proceso de duelo. A menudo, las personas que están experimentando el duelo pueden sentirse solas, aisladas y con un profundo sentimiento de pérdida. La terapia brinda un espacio seguro y de apoyo en el que pueden expresar sus emociones sin ser juzgados y obtener herramientas y habilidades para manejar el dolor de manera saludable.

Además, la terapia puede proporcionar un espacio para que las personas exploren su relación con la persona fallecida o el objeto perdido. Pueden hablar sobre sus sentimientos de arrepentimiento o culpa, o de la relación conflictiva que tenían con la persona o cosa perdida. A través de este proceso, pueden encontrar una forma de reconciliarse con su pérdida y comenzar a avanzar hacia una nueva normalidad.

En qué consiste la terapia en proceso de duelo

Podemos diferenciar cuatro “tareas” en referencia a este proceso, según Worden y cols, 2013:

1- Aceptar la realidad de la pérdida

Cuando alguien muere, incluso si la muerte es esperada, siempre hay cierta sensación de que no es verdad. La primera tarea del duelo es afrontar plenamente la realidad de que la persona está muerta, que se ha marchado y no volverá. Parte de la aceptación de la realidad es asumir que el reencuentro es imposible, al menos en esta vida. La conducta de búsqueda, se relaciona directamente con el cumplimiento de esta tarea. La negación se puede practicar a varios niveles:

  • Negar la realidad de la pérdida
  • Negar el significado de la pérdida
  • Negar que la muerte sea irreversible

La creencia y la incredulidad son intermitentes mientras se intenta resolver esta tarea, por eso en ocasiones se muestra totalmente segura sobre la aceptación de la muerte y en otros momentos puede presentar comportamientos irracionales (Krupp y otros, 1986)

2- Trabajar las emociones y el dolor

Las personas podemos bloquear nuestros sentimientos y el dolor que está presente y esto a la vez socialmente se encuentra muy estigmatizado, ya que las personas cercanas ya que tienden a lanzar un mensaje de que lo que se considera apropiado en un amigo que quiere bien a la persona en proceso de duelo es que la distraiga de su dolor. A veces el proceso de duelo se ve entorpecido por la evitación de pensamientos dolorosos y por la necesidad de protección de la incomodidad de estos. También se suele idealizar a la persona fallecida, evitar las actividades y cosas que le recuerden a él e incluso usar alcohol y otras drogas, viajar… (Worden, 2013)

3- Adaptarse al medio y convivir con la ausencia

El duelo puede suponer una regresión intensa en la que las personas se perciben a sí mismas como inútiles, inútiles, inadecuadas, incapaces, infantiles, o personalmente en quiebra. Los intentos de cumplir con los roles de la persona fallecida pueden fracasar y esto, a su vez, puede llevar a una mayor sensación de baja autoestima. Cuando ocurre se cuestiona la eficacia personal y la gente puede atribuir cualquier cambio al azar o al destino y no a su propia fuerza y habilidad. Con el tiempo estas imágenes negativas dan paso a otras más positivas y los supervivientes son capaces de continuar con sus tareas y aprender nuevas formas de enfrentarse al mundo.

Existen varias técnicas terapéuticas que se pueden utilizar para ayudar a las personas a lidiar con el proceso de duelo.

La terapia cognitivo-conductual (TCC) es una forma de terapia que se enfoca en los pensamientos y comportamientos de una persona. En el contexto del duelo, la TCC puede ayudar a las personas a identificar los pensamientos negativos y poco saludables que pueden estar teniendo sobre su pérdida y reemplazarlos con pensamientos más realistas y positivos

4- Recolocar emocionalmente a la persona fallecida y continuar viviendo

A lo largo del proceso la persona es conocedora de que no ha de “renunciar” a la persona querida fallecida sino que ha encontrarle un lugar apropiado en su vida. Este lugar, aunque importante, deja espacio para los demás.

Los diferentes tipos de duelo

Es importante comprender que el duelo puede tomar muchas formas diferentes y que cada persona puede experimentar el proceso de manera única.

Duelo normal: Este tipo de duelo es el resultado de una pérdida, como la muerte de un ser querido o la pérdida de un trabajo. En su desarrollo normal puede involucrar sentimientos de tristeza, soledad y depresión, pero estos sentimientos eventualmente disminuirán con el tiempo.

Duelo complicado: Se tiende a considerar que hay riesgo cuando su intensidad no coincide con la personalidad previa; cuando impide amar a otras personas o interesarse por ellas y cuando presenta incapacidad para desenvolverse en su vida diaria y donde este no se resuelve con la misma naturalidad que un duelo normal y se prolonga en el tiempo (Simón y Gil, 2016).

Los objetivos terapéuticos estarían relacionados con:

1. Mejora de la calidad de vida

2. Disminución del aislamiento social

3. Aumento de la autoestima

4. Disminuir el estrés

Intervención desde Mindfulness y Compasión

En los últimos años se están llevando a cabo numerosas investigaciones y programas cuyo elemento común es mindfulness. Las aplicaciones de mindfulness o “conciencia plena”, como se sabe, son muy numerosas; se emplea tanto en personas con problemas psicológicos como en sujetos sanos que quieren gozar de una mejor salud mental. Existen diferentes programas de habilidades mindfulness, pero la mayoría de las investigaciones giran alrededor del MBSR (Mindfulness-Bassed Stress Reduction), MBCT (Mindfulness-Bassed Cognitive Therapy) y MSC (MIndful Self-Compassion) e investigaciones recientes muestran resultados muy esperanzadores y eficaces a la hora de ayudar a que las personas inmersas en un proceso de duelo acepten su situación de forma consciente y serena.

Conclusión

El duelo es la reacción emocional y del comportamiento que se manifiesta en forma de sufrimiento y aflicción cuando un vínculo afectivo se rompe. Es una respuesta adaptativa normal que suele producirse en el contexto de la muerte de un ser querido, como reacción ante la pérdida de una persona amada o de alguna abstracción que ha ocupado el lugar de aquélla. No existe una respuesta disponible a la pregunta ¿en qué momento se ha terminado un duelo?, por lo que debe considerarse que es imprescindible haber completado las diferentes etapas hasta llegar al restablecimiento emocional. No obstante, hay estudios en los que se asienta que después de cumplir 12 meses se piensa que el duelo es patológico. Si persiste y la persona no logra superarlo, se debe intervenir para lograr la resolución del mismo (Meza, García y Torres, 2008)

Entre los diferentes procesos de duelo que tienen que enfrentarse, el más doloroso se refiere a la finitud de nuestra vida y la de los seres queridos. A medida que transcurre la vida tenemos un contacto más directo y más frecuente con la muerte, cada vez más cercana. Cuando mueren familiares y amigos, sobre todo si son aproximadamente de nuestra edad, su pérdida nos enfrenta a nuestra propia realidad y futuro inexorable (Gómez Sancho, 2008)

Existen dos signos que indican que la persona está recuperándose de una pérdida: la capacidad de recordar y de hablar de la persona amada sin llorar ni desconcertarse; y la capacidad de establecer nuevas relaciones y de aceptar los retos de la vida (Erika y cols, 2008)


Antes o después, aquellos que evitan todo duelo consciente, sufren un colapso, habitualmente con alguna forma de depresión” Bowlby, 1980

Referencias

  • Calabrese, J. R., Skwerer, R. G., Barna, B., Gulledge, A. D., Valenzuela, R., Butkus, A., & Krupp, N. E. (1986). Depression, immunocompetence, and prostaglandins of the E series. Psychiatry research, 17(1), 41-47.
  • Cobo-Medina C. Ars Moriendi. Vivir hasta el final. Madrid: Díaz de Santos, 2001.
  • Gil Sánchez, R. (2016). Aplicación de la terapia cognitiva basada en mindfulness y compasión a personas en duelo.
  • Gómez-Sancho M. La pérdida de un ser querido, el duelo y el luto. Madrid: Arán Ediciones, 2004.
  • Meza DEG, García S, Torres GA, et al. El proceso del duelo. Un mecanismo humano para el manejo de las pérdidas emocionales. Rev Esp Med Quir. 2008;13(1):28-31.
  • Worden, J. W., Aparicio, Á., & Barberán, G. S. (2013). El tratamiento del duelo: asesoramiento psicológico y terapia. Barcelona: Paidós.