Terapia de pareja: ¿En qué consiste y cómo puede ayudarme? 

Se trata de un tipo de atención psicológica destinada a la solución de problemas inherentes a la relación de dos personas que deciden convivir íntimamente juntos (Pinto, 1996).

La pareja es una combinación de las necesidades de cada uno de los individuos junto con las necesidades propias que ha generado la relación. (Castrillón, 2008).  El conflicto entre ambas es el motivo más común por el que plantearse acudir a terapia de pareja. Sin embargo, ¿en qué consiste realmente la terapia de pareja?


Lo más importante

  • Está relacionada con la terapia familiar y se apoya principalmente en el abordaje sistémico.
  • «La relación» es quien acude a consulta, el sistema conformado por ambos miembros.
  • Se tiene en cuenta a las familias de origen de cada miembro de la pareja, relaciones anteriores, factores estresantes actuales y antecedentes médicos y psiquiátricos.
  • Durante la terapia se pondrá más énfasis en el conocimiento, en la emoción o en la conducta como objetivo para el cambio.


Todo lo que debes saber sobre la Terapia de Pareja

La terapia de pareja ha sido definida como una de las modalidades de la psicoterapia más difíciles que existen debido a la complejidad de las variables involucradas, las dosis elevadas de conflictividad interpersonal que comporta en la mayoría de ocasiones y los múltiples componentes de la relación terapéutica. (Montesano, 2015)


La Terapia de pareja se recomienda principalmente en los siguientes casos:

  • Disfunción sexual (Lieblum et al, 2008)
  • consumo de alcohol y drogas (Marlet et al, 2012)
  • revelación de una infidelidad (Baucom et al, 2011)
  • depresión y trastornos de ansiedad (Beach et al, 2008)
  •  infertilidad (Covington S.N., Burns LH, 2006)
  •  enfermedades médicas graves (Meyers et al, 1995)
  •  punto muerto en la pareja (Mc Daniel et al, 2003)
  • Discusiones y conflictos frecuentes (Howes et al, 1989)
  • Además, la terapia de pareja puede ser útil para resolver problemas polarizados en la relación (p. ej., la decisión de casarse o divorciarse, la elección de tener un hijo o abortar, o la decisión de trasladarse a otra ciudad motivada por la carrera profesional de uno de los miembros de la pareja)


Abordaje de la Terapia de Pareja

Durante la terapia de pareja se trabaja la comunicación entre cada miembro y figuras externas (familiares, amigos, compañeros de trabajo), la identificación de patrones de relación disfuncionales, las ideas de relación de cada uno de los miembros, la repercusión del contexto y la familia de origen en los problemas de relación actuales de la pareja, la comprensión de por qué ambas personas se han elegido.

En terapia,  los problemas de relación se consideran como situaciones de interacción entre ambos miembros en lugar de que un individuo cause problemas al otro. El trabajo principal se desarrolla con el objetivo de determinar qué papel desempeña cada miembro en el mantenimiento del patrón de relación problemático y la función que este patrón ejerce en la relación. (Espirella, 2008)

Procesos que caracterizan a las parejas funcionales según Walsh (1993):

Comunicación y conectividad entre los miembros.

Respeto por las diferencias del otro procurando su autonomía.

Mantenimiento del equilibrio de poder y responsabilidades basados en el respeto mutuo.

Adaptabilidad y flexibilidad ante los cambios y transiciones propias del ciclo vital.

Expresión emocional basada en la claridad y en la interacción placentera.

Procesos efectivos de resolución de problemas.

Sistema compartido de creencias y valores éticos que genere confianza.

Mantenimiento de recursos de apoyo psicosocial (redes de apoyo).

Síntomas que determinan la calidad en la relación de pareja según Lewis (2000):

Dinámica de poder: quién está a cargo de qué situación y si este es individual o compartido dependiendo de las circunstancias.

Proximidad – Distancia según la intensidad emocional,  cantidad de actividades y valores compartidos.

Inclusión – exclusión sobre quién más forma parte del sistema de pareja. Incluye límites familiares, amigos, intereses profesionales y recreativos.

Compromiso de pareja. Prioridad de uno en la vida del otro.

Intimidad. Comprendida como la posibilidad de conocimiento del otro más allá de la imagen construida en la interacción familiar o social, incluyendo compartir las vulnerabilidades de forma recíproca.

Construcción y mantenimiento de espacios y tiempos propios de la pareja.

Conclusión

Cuando decidimos compartir nuestra vida con otra persona tenemos la sensación de estar invirtiendo tiempo, nuestro bien más preciado y también nuestros recursos. De alguna forma surge en nosotros una necesidad de que la otra persona supla aquello que nos falta para lograr sentirnos completos, y esperamos que encaje a la perfección con las expectativas que (nosotros mismos) hemos generado de esa relación. De esta forma estamos haciendo responsables de nuestro bienestar al otro y a su vez, provocando que nuestras emociones dejen de depender de nosotros mismos. 

Existe cierta tendencia a pensar que una pareja acude en busca de asesoramiento psicológico solo en casos extremos en los que es inminente el final de una relación, es decir, normalmente se acude a consulta con la sensación de “un último intento”. Esto es porque las parejas ya han tratado diversas estrategias anteriormente y han obtenido resultados “erróneos”. Sin embargo, son muchos los propósitos por los que se puede iniciar una terapia de este tipo.

En la Terapia de Pareja se trabaja con “la relación” como organismo individual. Esto quiere decir que se tienen en cuenta la suma de ambos procesos individuales, los modos de comunicación y patrones de comportamiento adquiridos y las estrategias que han llevado a cabo hasta el momento.

El objetivo último de la Terapia de Pareja no es siempre que la relación perdure “a toda costa” sino acompañar y guiar a los miembros a que en caso de considerarlo sean capaces de tomar decisiones saludables y evitar consecuencias negativas en en el bienestar psicológico de ambos.  En ocasiones se produce de forma alterna a una terapia individual.

En cuanto a los problemas que se pueden presentar en una relación de pareja destacan:

  • Problemas de comunicación: Relacionados sobre todo con escasa o nula expresión emocional. Ante la carencia de información sobre lo que sucede a nuestra pareja, uno de los miembros opta por realizar suposiciones e intentar acertar, corriendo el riesgo de cometer errores de atribución basados en la suposición y en el azar, lo que a su vez provoca que surja la desconfianza.
  • No establecimiento de límites saludables: Ocurre cuando se deja de prestar atención a la individualidad y a los proyectos personales de cada uno de los miembros. Esto es muy común en etapas tempranas de la relación, cuando se desatienden otros intereses (amigos, familiares) para pasar el máximo tiempo posible con esa persona. 
  • Celos y control como muestra de amor: Esta práctica puede ser una de las más peligrosas puesto que puede tener consecuencias realmente nocivas en nuestro estado psicológico ya que conlleva situaciones de alto estrés, discusiones recurrentes y comportamientos que pueden poner en riesgo nuestra propia autoestima.
  • Evadir conversaciones difíciles: Algunas parejas adquieren como método el obviar los problemas, con intención de que disminuyan las discusiones y los enfrentamientos. En este tipo de situaciones la pareja opta por “pasar” de aquello en lo que no están conformes por agradar al otro y evitar momentos dolorosos no teniendo lugar la toma de decisiones. Sin embargo, esto también da lugar a síntomas de desconfianza, rencor en un futuro próximo o exigencias.
  • Culpabilizar a nuestra pareja: Cuando estamos pasando un mal momento, podemos cometer el error de personalizar nuestros procesos personales en la otra persona, en lugar de refugiarnos en ella cuando necesitamos apoyo, ayuda u otro punto de vista. 
  • Revivir relaciones pasadas: Esto es síntoma de que aún perduran conflictos no resueltos de una relación anterior, que siguen doliendo e impiden que nos comportemos de forma abierta y sin juzgar.

En cuanto a los factores que podemos considerar como mejores predictores de una buena relación basado en Olson (1993) serían la comunicación, las habilidades para resolver conflictos, capacidad para exponer necesidades al otro, las compatibilidades en la personalidad y expectativas realistas frente al otro como compañero y como pareja.

El modo en que nos relacionamos con el mundo es la suma de nuestros  aprendizajes y experiencias previas. Esto quiere decir que no tienes que preocuparte ni culpabilizarte porque una relación no haya “funcionado”. Tampoco te hace más propenso a que no puedas disfrutar de una relación sana en el futuro.

Permítete vivir tu relación de forma plena y satisfactoria,

Permítete soltar mochilas del pasado,

Te mereces que te conozcan y te acepten  tal y como eres.

Referencias

  • Baucom D, Snyder DK, Gordon KC. Helping couples get past the affair. New York: Guilford Press; 2011.
  • Beach SRH, Dreifuss JA, Franklin KJ, et al. Couples therapy and the treatment of depression. In: Gurman AS, ed. Clinical handbook of couple therapy. ed 4 New York: Guilford Press; 2008.
  • Castrillón Muñoz, E. (2008). Terapia de pareja: una mirada a sus procesos. Revista Colombiana de Psiquiatría, 37, 187-197.
  • Covington SN, Burns LH. Infertility counselling: A comprehensive handbook for clinicians. ed 2 Cambridge, England: Cambridge University Press; 2006.
  • Espriella Guerrero, R. (2008). Terapia de pareja: abordaje sistémico. Revista colombiana de psiquiatría, 37, 175-186.
  • Howes P, Markman J. Marital quality and child functioning: a longitudi minal investigation. Child Dev. 1989;60(5):1044–1051.
  • Lieblum SR, ed. Principles and practice of sex therapy. ed 4 New York: Guilford Press; 2006.
  • McDaniel SH, Hepworth J, Doherty WJ. The shared experience of illness. New York: Basic Books; 2003.
  • Meyers M, Diamond R, Kezur D, et al. An infertility primer for family therapists: II. Working with couples who struggle with infertility. Fam Process. 1995;34:231–240.
  • Montesano, A. (2015). Claves fundamentales en terapia de pareja: una guía de navegación para la práctica. Revista de psicoterapia, 26 (102), 161-174.
  • Pinto, B., Terapia cognitiva sistémica aplicada a los problemas sexuales de la pareja. Conferencia Primer Congreso Internacional de Sexología y Educación Sexual. Lima, 1996.
  • Marlett GA, Larimer M, Witkiewitz K. Harm reduction: Pragmatic strategies for managing high risk behaviors. ed 2 New York: Guilford Press; 2012.
  • Thomas V, Olson D. Problem families and the Circumplex Mode: observational assessment using the Clinical Rating Scale (CRS). J Marital Fam Ther. 1993;19:159-76.  
  • Walsh F, editor. Normal family processes. 2nd ed. New York: Guilford; 1993